Mi paraiso sangriento [Renesmee]

Me habia fugado de casa con rumbo al hospital con la excusa de buscar al abuelo Carlisle, pero no, para ser sinceros solo me interesaba la sangre. Para mi mala suerte parecía que todos lo presentian, pues me pusieron de niñera a mi queridisima Renesmee. La única que si era capaz de golpearme con tal de que no dañara a alguien. Su actitud responsable muchas veces me fastidiaba y aún más sus líos entre Nahuel y Jacob, se notaba que no era su mayor intención lastimar ni nada, pero era tan fácil que se decidiera por su mejor opsción y no lo hacia. En lo personal ambos me caian pero Nahuel era mi primo y según yo él que más le convenía por ser hibrido.
Pasamos cerca de la sala de operaciones y se me hiso agua la boca, pero Renesmee intentaba que yo fuera vegetariano y sabia que no me escaparia de ella tan facil.
-Ren...voy a...buscar al abuelo Carlisle por...allá- Señale con mi cabeza el pasillo

No!- La miré y supe que había exagerado, que más daba, ella sabia a lo que iba. Me encojí de hombros y la tome del brazo, comenze a bajar las escaleras llendo a la cafeteria del hotel, la mire y la recargué contra una pared aprisionandola con mis brazos, miré sus ojos, y desee por un momento ser igual que ella, hibrido, sin tener que usar unos ridiculos lentes de sol a cada momento como lo hacía, resoplé y miré como unos cuantos mechones de mi cabello se elevaban. - Porque Ren...? Me estas torturando sabes? - Baje la mirada - Muero de sed... - Pusé la mirada más suplicante que tenía -Dejame, solo un chorrito pequeño - Mi mirada divago a sus labios un momento plantandola ahí.

Me gustaba como se reia, me trague mi orgullo y quite un brazo viendola, note su incomodidad y sonreí presionando mis labios. Aún recordaba la primera ves que la vi siendo humano, pensaba que no había chica más bonita que ella. Me tenía suspirando en cada esquina del insti.
Y ahora era mi prima, la vida era rara..o bueno la existencia. Subi mi mano y acaricie un poco su mejilla sonriendo, la sed se había disipado.-Esta bien..., no me dejes.- Retiré mi mano mirandola y me hice a un lado. - Soy buen primo - Sonreí y tome su mano, comenze a correr a paso normal hacía el elevador. - Ven quiero mostrarte algo.

Presione el botón que llevaba a la azotea y sonreí en el momento que oí su voz, no iba a decirle, pero tal ves le enseñaría uno de mis lugares favoritos en todo el mundo.
Cuando el elevador cerro las puertas la mire y ladee mi cabeza sonriendole.
Era igualita a mi tía Bella, protectora pero divertida, o un tanto bipolar.
Me vi en el espejo que tenía el elevador por detraz y me quité los lentes obscuros mirando mis ojos, no quería que se quedaran asi más, quería dejar de usar esos ridiculos lentes, tenía que conseguir que se vieran de el tono de mi familia, quería verme más normal. Dentro de lo que podía caber. -Vamos...vamos...a un lugar especial para mi. Promete que nunca traeras a nadie sale? Solo un lugar tuyo y mio. - la despeine un poco y bese su mejilla, su piel era lo más cercano a lo calido que podía sentir.